sábado, 5 de abril de 2008

Orden



Cada mañana saltaba de la cama al baño, del baño a la cocina, de la cocina a la escalera, de la escalera a la calle, de la calle a la oficina y vuelta de nuevo hasta que un día se quebró la rutina y el destino dispuso que saltara de la cama a la calle hecho mil pedazos.

© Luis Torregrosa López, 2003. La Jornada Semanal, domingo 19 de septiembre de 2004 núm. 498

1 comentario:

Isa Segura B. dijo...

El destino es así de caprichoso, cuando se elige el escenario del salto, de vez en vez, se lo toma a mal y nos hace añicos.
Un placer volver a leer este cuento.