martes, 28 de septiembre de 2010

La Jabalina

María de pie, junto a una amiga.
© Copyright Universidad de Valencia

A María Pérez Lacruz la llamaban La Jabalina por proceder su familia del pequeño pueblo turolense de Jabaloyas. Los ignorantes que la condenaron y fusilaron con 25 años creyeron que se trataba de un nombre de guerra, un apodo de una fiera roja, asesina y sanguinaria. Como siempre, se equivocaron. O querían equivocarse, o les importaba un pimiento, que es lo más probable. María se fue como enfermera de un hospital del frente y le pilló en medio la batalla de Teruel, ahí es nada. Tenía 19 años y la hirieron: ya se sabe lo peligrosas que son las enfermeras y la necesidad que tienen de recibir unos balazos.
Se enamoró en el frente, aunque desconocemos al amante. Regresó a casa una vez curada de sus heridas y se puso a trabajar. Embarazada, tardaron poco más de veinte días en detenerla y mantenerle el suplicio durante más de tres años. María no confeso crimen alguno, y se negó a firmar los que le pusieron delante. Un imbécil cobarde la acusó, entre otras lindezas, de asesinar al Cónsul de Bolivia en Valencia. Pero nunca hubo en Valencia cónsul boliviano alguno que asesinar. No importó: el inventado crimen se incorporó al expediente de esa burla llamada Consejo de Guerra que ordenó su fusilamiento.
En una de las idas y venidas por las celdas y prisiones, apareció y despareció el niño. Nunca más se supo. ¿Alguien duda de que sería uno de esos niños robados del franquismo? La fusilaron en el cementerio de Paterna en agosto de 1942. Nadie sabe dónde está su cuerpo. Entre 1.200 y 2.000 detenidos fueron fusilados en Paterna.
El libro de Manuel Girona ha recuperado su figura. Una compañía teatral recorrió el País Valenciano con la obra en 2009.

Lecturas recomendadas:
* Rodríguez Arias, Miguel Ángel. El caso de los niños perdidos del franquismo: Crimen contra la humanidad. Ed Tirant lo Blanc, 2008. 436 pags. ISBN 9788498763034
* Girona Rubio, Manuel. Una miliciana en la Columna de Hierro. María "La Jabalina", Valencia, Universidad de Valencia, 2007. ISBN 9788437066561


jueves, 23 de septiembre de 2010

Federico (Lorca) al borde del abismo


© Copyright Imgen Diario El País, 23 de septiembre de 2010
La maleta perdida de Robert Capa en México está dando alegrías a los incondicionales de la fotografía. En ella se encuentran negativos suyos, de su compañera, Gerda Taro y de David Seymour, ese fotografo que quiso ser Capa y casi, casi lo consigue. En la imagen una de las piezas rescatadas, inconfundibe, Federico García Lorca, dos meses antes de su muerte fotografiado por Seymour. Es la imagen más próxima a la ejecución del poeta que se conserva. Nunca Lorca fue tan Federico a secas como en esta imagen limpia, de un conversador de elegancia granadina. Tiene la mirada a la izquierda de su interocutor, a media altura, reflexivo mientras habla. Es junio de 1936 y luce impecable. Federico ni siquiera imaginaba la tragedia que se avecinaba en ese verano sobre [él/todos]. Me gustaría hablar con su más excelente biógrafo, Ian Gibson, sobre esta imagen, me gustaría haberle visto la cara cuando esta mañana se hacía púbica la fotografía.

Me quedo con el transparente hombrecillo

que come los huevos de la golondrina.

Me quedo con el niño desnudo

que pisotean los borrachos de Brooklyn,

con las criaturas mudas que pasan bajo los arcos.

Con el arroyo de venas ansioso de abrir sus manecitas.

[El poeta llega a la Habana, de Poeta en Nueva York]



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martes, 21 de septiembre de 2010

Extravagante y trágico

© Copyright La Traca - Herederos de Carlos Gómez Correa



Carlos Gómez Carrera, [por error figura en ocasiones como Correas], (alias Bluff), (Madrid, 1903 o 1907 - Paterna, 28 de junio de 1940) fue un dibujante español. Destacó durante la Guerra Civil con sus dibujos y colaboraciones en Adelante, La Correspondencia de Valencia, La Libertad y La Traca, mediante viñetas de corte antifascista, y en las que caricaturizó a Franco "como una figura mofletuda y un tocado hecho con plátanos".

Al final de la guerra fue detenido de manera preventiva. Fue juzgado y condenado a muerte, pero la pena le fue conmutada. Ya en la Cárcel Celular de Valencia, se acogió a la redención de pena por el trabajo que había propugnado la dictadura a través de Acción Católica en la Orden del Ministerio de Justicia del 11 de marzo de 1940. Así, Gómez Carrera vino en crear una historieta -Don Canuto, ciudadano peso bruto- que se publicaba en el periódico de prisiones, Redención, editado por la Dirección General de Prisiones y dirigido a los presos. Con el paso del tiempo se incrementron las suscripciones de Redención hasta cerca de un 100%, sobre todo en Levante, lo que llevó a las autoridades penitenciarias a señalar como responsable del incremento a Gómez Carrera y, tras analizar sus viñetas, llegaron a la conclusión de que una en concreto, que representaba la palma de una mano abierta, quería hacer referencia a una estrella roja de cinco puntas, símbolo del comunismo. Un Consejo de Guerra lo juzgó por rebelión, lo condenó a muerte y fue ejecutado en el campo de tiro de Paterna (provincia de Valencia), junto otras seis personas, entre ellas el empresario Vicent Miquel Carceller.


Los jinetes del Apocalipsis (1)

1873 - ''Mendigos cantantes''


Vi de pobres tal enjambre,

y una hambre tan cruel,

que la propia sarna en él

se está muriendo de hambre.


domingo, 19 de septiembre de 2010

Labordeta, la voz cruda de Aragón

© Copyright José Luis Cano

En el borde del mundo

en la soledad creciente

tu y yo

perdidos de proclamas y abucheos

rondamos la escapada final

hacia la desesperación.

Nadie tuvo nunca un olvido

como el nuestro.

Desolados

creemos todavía en la vida

y en los vivos.



© Copyright José Antonio Labordeta, 1935-2010.



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miércoles, 15 de septiembre de 2010

Sobre casi nada

(Wikimedia Commons, Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unporte y GFDL)


"Yo no digo nunca lo que creo, ni creo nunca lo que digo, y si se me escapa alguna verdad de vez en cuando, la escondo entre tantas mentiras, que es difícil reconocerla”.


Nicolás Maquiavelo (1469-1527), asesor personal del presidente valenciano, Francisco Camps.


domingo, 12 de septiembre de 2010

Tomás Centeno

Tomás Centeno fue un hombre singular cuya biografía nos enseña que los socialistas estaban en combate contra el franquismo desde la primera hora del nefasto Año de la Victoria. Murió en tan singular lugar como la maldita Dirección General de Seguridad del Estado, en la mítica Puerta del Sol de Madrid, donde la tortura fue norma hasta algún año después de muerto el dictador. Oficialmente murio al «[poner] fin a su vida en el propio calabozo con el borde de uno de los flejes del somier de acero».

Impagable. Bueno es recordar.
Además de Wikipedia, puedes leer al bueno de Hispa