viernes, 13 de junio de 2008

Retornos


El viejo sentado a la puerta de la escuela no se ha perdido: extravió el alfabeto de las veintisete letras para despertar en la infancia.


© Luis Torregrosa López, 2008

4 comentarios:

Isa Segura B. dijo...

Quizá se cansó del mundo, nuestro gran cuaderno escolar en cuyas páginas hacemos nuestros ejercicios. Y en el fondo... ¡qué mejor que ser viejo sin ser adulto! como cantaba Brel.
Un texto lleno de ternura a pesar de su crudeza. Un placer, como de costumbre.
Un abrazo.

Ramon dijo...

No se puede sugerir más con menos. Enhorabuena.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Estoy con Ramón. Eres un mago de la brevedad. Enhorabuena.

Un fuerte abrazo.

Luis Torregrosa dijo...

Gracias por vuestros comentarios. He conocido y conozco muchas personas ancianas en las que he visto auténticos prodigios en sus expresiones. Hay algo que ni la palabra puede llegar a definir.