jueves, 23 de julio de 2009

El Señor de la Montaña

Montaigne retratado por Thomas de Leu , imagen que acompaña la primera edición de Los Ensayos en Francia, 1617. (En dominio público)




Michel Eyquem de Montaigne cayó del caballo cuando tenía 35 años y estuvo al borde de la muerte. La experiencia fue bastante para que se recluyera en su castillo y dedicara el resto de sus días a disfrutar de la lectura y escribir sus magníficos ensayos, lejos de cualquier riesgo. Ese caballo cuyo nombre desconocemos, no supo hasta que punto nos brindo a un autor imprescindible.

Su obra, Los ensayos, publicada en castellano por El Acantilado en 2007*, ha sido el regalo que mi hermano escogió con buen tino y mejor gusto para mi cumpleaños y que anoche me apresuré a comenzar a disfrutar. Hace ya bastantes años, leí las obras completas de Luis Vives, un humanista en la España cristiana, en una magnífica edición de la Generalitat Valenciana, que por aquel entonces dedicaba esfuerzos y medios para la educación, la salud y la cultura, muy lejos de la triste política de sastrería que hoy nos avergüenza a los valencianos.

Montaigne, a diferencia de Luis Vives, es un santo/humanista laico para los lectores, aunque ambos se derramen en materias comunes. Montaigne es el padre del ensayo tal y como hoy lo conocemos. Su formación erasmista no impidió que se embebiera de toda la tradición griega y romana, apostando por un bien, la vida, como fuente de felicidad, siempre que estuviera plena de conocimiento, interrogantes (Que sais-je? era el lema de su casa) y sano escepticismo. Esto le valió, primero, las alabanzas en vida, y que la obra terminase en el Índice de Libros Prohibidos, después. La filosofía posterior, hasta la literatura, estuvo marcada por su obra, al menos en Francia, Alemania (en Goethe podemos ver un Montaigne prusiano) y el Reino Unido.

Me apresto al magnífico encuentro con esta obra que sólo conocía en parte, durante la incansable canícula de este año.

*La edición de Acantilado es la de Marie de Gournay, jovencísima parisina de 20 años que, tras la muerte de Montaigne, realizó una magnífica edición en 1595.


(c) Luis Torregrosa López

3 comentarios:

Juan Ignacio dijo...

Pues eso, a disfrutar de su lectura

Isa Segura B. dijo...

'Los ensayos' de Michel de Montaigne era el libro de cabecera de mi bisabuela, nunca faltó de su mesilla de noche y de él extraía gran parte de su filosofía de vida.
A mí me gusta retomarlo de vez en vez, con tiempo, para degustarlo mejor(en V.O).
Saludos.

Diana dijo...

Hola.
He conocido tu blog ahora y lo poquiño que he visto, me ha gustado.
Graciñas por recomendarnos el libro, lo tengo desde ha tiempo y nunca se me había ocurrido leerlo. Tal vez este verano lo haga, pues has conseguido que lo haya ido a buscar.
Seguiré visitando tu espacio. Desde Coruña te envío un saludo.
Diana