Los hombres sin historia acordaron un día llevar la insignificancia de su existencia a un lugar más acogedor. Desde entonces aquella tierra quedó huérfana de acogedores anónimos, aplastada por una muchedumbre de versados de la afectación y peritos del poder.
© Luis Torregrosa López, 2008
10 comentarios:
Me recordaste aquellos terribles hombres grises de Momo, y ese pie a punto de pisarme...¡buf! un corto de terror.
Un abrazo, maestro.
jajajajajajajajaja!
Este tipo de anónimos sí que son simpáticos...
Me has hecho imaginar una tierra sin ellos.
Suenas sabio...
Un beso, Luis.
Lo difícil que se me hace comentar y no decir siempre lo mismo, pero no lo puedo evitar, es impresionante tu poder de transmitir tanto, en tan pocas palabras!!...
Y esa imagen para ilustrar a esos hombres perfecta!!... Con el pie levantado a punto de aplastar todo lo que se encuentre debajo!!
Un abrazo.
Me pasa como a Isa, ¡qué nadie se acuerde de nuestros nombres, por Dios! Un abrazo. Siempre me sorprendes gratamente. :)
¡Ay, cómo has retratado una situación que yo conozco muy bien...! Con todo, son muy, muy mediocres. Besitos.
Isa, recuerdo la lectura de Momo. Mi hija se negó a terminarlo porque dijo que le angustiaba. Un abrazo.
Lena, Machado afirmaba que el día es del sol y los desconocidos. Los demás no saben disfrutarlo. Un abrazo.
Montse, gracias. Sí, esos hombres que a poco que les dejamos nos pisan la ilusión. Un beso.
David, ¡hay tantas poses de baratillo que aguantar! Un abrazo, maestro.
Isabel, la verdad es que son legión y sí, mediocres a más no poder. Y lo más terrible: aburridos. Un abrazo.
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