Fosa común de Oviedo (Wikimedia Commons, CC-BY-SA-2.0)
El miedo seca la boca, moja las manos y mutila. El miedo de saber nos condena a la ignorancia; el miedo de hacer nos reduce a la impotencia. La dictadura militar, miedo de escuchar, miedo de decir, nos convitió en sordomudos. Ahora la democracia, que tiene miedo de recordar, nos enferma de amnesia; pero no se necesita ser Sigmud Freud para saber que no hay alfombra que pueda ocultar la basura de la memoria.
3 comentarios:
Luis, eres la enésima persona que me habla de este libro en los últimos meses. Tendré que leerlo :-)
En mis manos está, así que cuando quieras. Un abrazo.
El miedo impide avanzar y va creciendo a medida que encogemos bajo su sombra.
Un abrazo.
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