No se horrorizó ante la cara de espanto de su hermano. Sólo lo echó en falta a la mañana siguiente y todos los días desde entonces, porque no fue él quien se despertó en medio de la noche con la certeza de unos pasos que se aproximaban.
© Luis Torregrosa López, 2007.
2 comentarios:
Inquietante, y con mucha fuerza.
Un buen corto, sí señor.
Un abrazo.
Gracias Isa. La imagen de no despertar al lado de alguien que durmió a tu lado, y no volver a saber siempre me inquieto.
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