Ser futbolista es oficio de cambios bruscos: vas del infierno al paraíso en un abrir y cerrar de ojos, saltas de las callejas angostas del barrio a los estadios de Europa con la misma facilidad con la que un saltimbanqui da un brinco. Pero, ¡ay la caída! Nada de eso le contaron a Camarín, guardameta huerfano de madre y padre desgraciado, que con las mieles del juego se alzó a lo más alto para ver su propio desplome en el desgobierno de aquél balón huidizo que dejó a recaudo del diablo mientras entretenía la vista con las rubias de la grada sur, sin acordarse de que Leviatán era el nombre del equipo contrario y las muchachas admiradas hijas del fuego eterno.
© Luis Torregrosa López, 2008.
12 comentarios:
Buenísimo el corto...
Y tan auténtico como la vida misma.
Un abrazo.
¡Si es que las rubias ... ya se sabe!
Muy buen juego,un gol en la red de las letras.
Un abrazo.
Tiene razón Mario,... como la vida misma !!
Siempre distraídos con todo lo que reluce y nos van colando goles!!
Veo que también eres maestro en el arte del dibujo y el corto!!
Muy bien!!
Un abrazo.
Caray Luis, lo has clavado. :-).
Muchas veces se nos olvida que el esfuerzo a veces esta no en conseguir sino en mantener.
(te habia puesto un comentario en la anterior entrada, je, o al menos esa fue mi intencion, ha debido de fallar)
Oye el gif es tuyo? caray, si el q vale vale.
Sonrisas para ti :-)
Hay que tener cuidado dentro del campo, que uno pierde la perspectiva... Excelente minirelato.
Un brazo. ;)
Pues sí, una moraleja agregable a casi todo, diría yo...
Genial el GIF, jaja.
Saludos :*
Admirable tu capacidad para construir un relato interesante e intenso con pocas pero escogidas palabras. Además, acompañado de unas imágenes que le van que ni pintadas.
Te felicito.
Mariano, Montse, ¡hasta goles en propia puerta por encantarnos con lo banal!
Marisa, lo he buscado pero no aparece. Seguro que culpa mía que remedio, en lo que puedo, mandándote un beso y mil gracias.
David, erramos la mirada con más frecuencia de lo que creemos. Un abrazo.
Smyle, Ramon, Isa, me alegra haber provocado una sonrisa. Suelo ser ácido, pero en ocasiones amanezco.
Esto lo leí el otro día, pero no me dejaba comentar.
Me pareció una graciosa metáfora.
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